Cuando comencé
a leer la Trilogía de La quinta ola lo primero que vino a mi cabeza fue:
¿cómo un autor que me lleva varios años, que vive en un país totalmente
diferente y habla una lengua que apenas domino pudo coincidir conmigo en una
pregunta que me he hecho por años? Tal vez es pura coincidencia o quizás
son muchas las personas que como yo se han preguntado lo mismo, ¿qué
pasaría si el mundo comenzará a desmoronarse, si simplemente todo colapsará,
dejará de servir la energía, todos los medios electrónicos e internet?
Pues en una
sociedad como la nuestra, dominada por la tecnología y los medios de
comunicación, surge esta inquietud, ya que el colapso de todo lo que nos rodea
representaría un caos, y por ende, nos llevaría al apocalipsis, al fin del
mundo. Creo que la respuesta a este tipo de cuestionamientos son los que han
motivado a los cientos de autores y libretistas ha crear historias que te sacan
de tu cómoda realidad y te transportan a una situación específica en la que te
cuestionas sobre tu qué harías o qué hubieras hecho en X situación.
Rick Yancey es
uno de los tantos escritores que ha creado una propuesta emocionante, llena de
acción, emotividad y varios puntos de vista para presentarnos un mundo
distópico, donde un ataque alienígena pone en jaque la vida humana. Es a través
de diversos personajes que nos vamos involucrando con lo que está sucediendo
tras las diversas oleadas que pretenden reducir el número de seres humanos en
el planeta y es a partir de esto que nos preguntamos sobre lo qué significa ser
humano, sobre ¿qué es la humanidad? Creo que esa es la columna vertebral
que define esta trilogía, es la inquietud que está latente en cada página, un
tema que es abordado de diferentes maneras en cada libro.
En la primera
parte (La quinta ola), este cuestionamiento surge a partir del miedo; el
impacto de la pérdida y la zozobra de no saber qué va a ocurrir; de la
inquietud de no saber cómo sobrevivir y sobre qué posibilidades existen para
que esto ocurra. Partiendo de la debilidad de cada personaje el autor nos
pregunta sobre qué es la humanidad, qué la fortalece y cómo sin importar la
edad que tengamos somos capaces de luchar en cualquier circunstancia por
aquello que queremos. Además, en este primer libro la angustia y la duda son
constantes, pues ni los personajes, ni nosotros como lectores sabemos qué es lo
que está ocurriendo, quiénes son exactamente los malos y quiénes los buenos,
poniendo una vez más sobre la mesa esa inquietud sobre quién es exactamente el
ser humano, qué significa ser humano y la pregunta más importante cómo lo
identificamos.
En la segunda
parte (Mar infinito), todo se hace más pausado, pareciera que el tiempo
se detiene para dar paso a más inquietudes, aunque, en esta parte de la
historia hay una serie de acontecimientos que ponen en jaque, una vez más, la idea
de humanidad. Desde el desespero, el miedo y no saber cómo continuar la
historia se sigue desarrollando y cada vez la destrucción de la vida humana se
hace más latente. En este momento es más relevante identificar quién es quién,
recordar que cuidar nuestra existencia es igual de valioso que cumplir una
promesa, que luchar y dar nuestra vida para permitir que otros vivan se vuelve
fundamental, ya que es eso lo que nos hace humanos y eso que aparentemente nos
hace vulnerables es lo que nos fortalece. La pregunta sigue estando latente en
los labios y los pensamientos de Cassie, Ben, Hacha, Evan, Sam incluso en
Bizcocho: ¿qué es la humanidad?
Finalmente, en
esta última entrega parece que todo es una revelación, por fin cada personaje,
desde su historia previa a las diferentes olas, desde las experiencias que han
tenido que enfrentar y las decisiones que han tenido que tomar logran entender
lo que significa ser humano y por ende lo que es la humanidad:
“Soy todos aquellos que recuerdan, lo que amaban, los que
conocían, y todo el mundo de los que se enteraron, ¿cuántos están contenidos en
mí? Es como contar las estrellas. Vamos, como los números de los granos de
arena. Esa soy yo. Soy la humanidad”.
En The Last Star, Yancey nos lleva a entender cómo el ser humano puede llegar
al límite de su humanidad, pero es gracias a detalles como el amor, la fe, la
entrega y la confianza al otro que se puede superar cualquier obstáculo. En
esta ocasión no hay un hermano que rescatar o un Evan que esperar, esta vez solo
queda ver cómo termina todo. En este punto todos son protagonistas, todos son
relevantes, y cada uno asume su rol desde un lugar diferente.
Zombie, como el
sargento valiente que avanza buscando proteger eso que para él es importante,
tratando de enmendar esa cadena a la que se ató una vez que abandonó a su
hermana para continuar en la lucha de seguir viviendo, y a su vez a cada
persona que tuvo que abandonar a lo largo del camino. Hacha, aunque fue
mejorada por el sistema número 12, es decir, al ser una Otra, comprendió lo que
significa luchar por un ideal, ser una guerrera hasta el final, entendiendo que
en la vida no solo importa la lógica y el sentido común, que el mundo no es un
juego de ajedrez, sino que son las pequeñas cosas las que le dan sentido a
todo. Frijol y Megan, desde su inocencia y su edad, recuerdan que la esperanza
está en todos aquellos que aprenden a vivir bajo circunstancias extremas y a
pesar del caos logran seguir adelante, dando a entender que la esperanza y la
continuidad del mundo siempre está puesta en manos de de los más jóvenes. Evan,
como ese intruso que vino al planeta para ayudarlo a “limpiar”, que llegó con
una misión, pero que gracias a una chica con un oso perdida en un bosque
entendió lo que significaba ser humano y comprendió el valor de la humanidad y
por lo mismo se conviritió en uno. Cassie, siendo la humanidad, ella se sentía
la única y a la vez no podía dejar de creer que aún existía esperanza, fue esa
tenacidad la que le permitió brillar.
Al final esta
historia que habla de un ataque a la Tierra por oleadas, de una invasión
extraterrestre, de un ejército de niños y adolescentes creados para destruir,
solo quiere recordarnos que somos seres imperfectos impulsados por nuestras
emociones, nuestro sentido de empatía y compasión, esperanza y fe, amor y
entrega. Todo esto era lo que movía a los personajes principales de esta
historia, todos ellos siendo la humanidad y recordándonos a nosotros como
lectores lo que significa ser humanos. No importa cuanto daño tengamos que
enfrentar siempre existirá algo que nos hace únicos y valiosos, seres por los
que vale la pena luchar. La travesía que
emprende Cassie y que la lleva a coincidir con Ben, Hacha, Sam, Megan y Evan
concluye con encontrar el sentido del mundo. Sin duda, un libro emocionante,
lleno de acción y suspenso por eso en BookCity te lo recomendamos, déjate
atrapar y concluye una de las historias más emocionantes de este año. Recuerda que
puedes compartir este post y te invitamos a que compartas en nuestras redes sociales
con el hashtag #YoSoyLaHumanidad #YoLeoLaUltimaEstrella lo que ha significado
para ti esta historia. LM
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